A partir del 28 de noviembre, el Consejo Superior de
El procedimiento es relativamente sencillo y es más o menos así: se presentan diversas propuestas (generalmente una, auspiciada por el Rector); luego existe un breve período de estudio y, como es común en estos casos, se ven gráficos, números, criterios técnicos; se analiza la mantención de los llamados “equilibrios financieros”; y, finalmente, se vota. La propuesta del Rector, antes de ser presentada al Consejo Superior, se informa a
Todo el procedimiento anteriormente descrito debe ser visto en base a dos elementos fundamentales:
1.) los aranceles seguramente subirán otra vez. Está afirmación no constituye en caso alguno una novedad ya que esta ha sido la tendencia constante en los últimos 5 ó 6 años. Así, para cursos superiores el arancel subirá en base al IPC (pronosticado para este año en un 8,5 ó 9%) y para cursos de primer año el arancel subirá en base al IPC más un “agregado” o delta de 2 ó 3%;
2.) en todo este procedimiento, los miembros de la comunidad universitaria- es decir los estudiantes, la gran mayoría de los profesores y los trabajadores y funcionarios toman simplemente posición de meros espectadores, ya que no tienen mayor injerencia en esta decisión. Decisión que es tomada por algunos, pero que afecta claramente a todos.
Resulta natural que en esta coyuntura existan posturas antagónicas. Así, a un extremo del cuadrilátero se encuentran las autoridades de
En base a lo anterior, se puede decir que este conflicto, desde cierta perspectiva, es más aparente que real. Y esto ya que creo que los contendores en disputa comparten un mismo diagnóstico, pero no así una misma solución.
El diagnóstico compartido es clarísimo: el Estado está dejando a sus Universidades sin financiamiento suficiente, en una especie de “arréglatela como puedas” que responde al avance implacable del neoliberalismo en la educación como en tantas otras esferas de nuestro desarrollo social. Cabe mencionar en este punto, el último informe de
Pero, es en la solución al problema antes planteado donde tenemos distintas visiones, totalmente contrapuestas. Para las autoridades de
En cambio, en esta oportunidad los estudiantes planteamos una solución que va mucho más allá de un congelamiento de aranceles. Así, el congelamiento se entiende de dos maneras: primero, obviamente responde a una consideración de toda justicia, casi innegable por la razón que es rechazar las alzas constantes en nuestros aranceles por entender simplemente que la educación es un derecho y no un privilegio.
Y segundo, y aquí viene lo más interesante, responde a una política estratégica y a largo plazo, la cual implica autoexigirnos como comunidad universitaria de
Un último comentario en relación al congelamiento de aranceles. Afirmaba una autoridad, ufanándose de la gran cobertura de becas con la cual cuenta nuestra Universidad, “que en
En conclusión, los estudiantes de
1 comentario:
si "hacer politica" se redujera al gremialismo de una problematica de aranceles de una universidad de acceso a las "clases medias" (concepto ideologicamente favorable par los que te suben el arancel, ¿en reproches politicos cual es la contradiccion?) podriamos despedirnos de la transformacion politico-social. Reflejo de la corriente movimentista, autonomista y voluntarista de la pequeña burguesia posmoderna activista conciliadora de los intereses de clases, contrarrevolucionaria en la construccion de sujetos sociales.
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