miércoles, 21 de abril de 2010

Discurso apertura Bicentenario FEPUCV

En primer lugar, reciban todos ustedes un cordial y fraternal saludo y sean bienvenidos al foro y espacio de discusión académica “Nuestra América”, a 200 años de la emancipación, organizada por la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en colaboración con la Embajada en Chile del Gobierno republica Bolivariana de Venezuela.

Este foro se enmarca dentro del calendario de actividades que desarrollará, a lo largo de todo el año, la Federación de Estudiantes para conmemorar el Bicentenario de nuestro país como República independiente del dominio colonial español.

Fechas, celebraciones y conmemoraciones como esta, inevitablemente nos impelen a formular una cuestión fundamental: ¿qué significado tiene para las grandes mayorías de nuestro país el bicentenario? ¿Hasta qué punto el ciudadano común puede hoy sentirse involucrado con los hechos que conformaron una fecha tan importante para la historia de nuestros pueblos?

A partir de estas formulaciones surge un claro objetivo que inspirará nuestro calendario Bicentenario, a saber, evitar que éste sea trasformado, como a menudo nos sucede en Latinoamérica, en una celebración cargada de un patriotismo artificial que tristemente olvida los ideales revolucionarios de sus próceres y que debido a esta carencia de contenidos termina siendo una conmemoración que le hace sentido únicamente a los de siempre, a la clase política. Por lo anterior, no queremos que este nutrido calendario de actividades se entienda simplemente como una organización de un conjunto de eventos o un simple tareismo sin sentido.

Nuestro bicentenario debe trasformarse en una oportunidad perfecta para someter bajo la crítica conceptos tales como orden, progreso, legitimidad, nación, democracia, independencia. Nuestro bicentenario debe transformarse en una oportunidad perfecta para llevar a cabo una revisión crítica, profunda y radical de nuestra sociedad y del país que hemos construido a lo largo de todo estos años, a fin de que a partir de dicha reflexión podemos perfilar, los actores sociales, las diversas transformaciones que nuestro tiempo exige.

En definitiva, debemos dotar al bicentenario de contenido y ejes sociales, definidos por los verdaderos actores que alimentan la cotidianidad de nuestro país.

Para lo anterior, este camino queremos iniciarlo hoy con una revisión académica-histórica a los procesos emancipadores de las distintas repúblicas americanas en el siglo XIX, tratando de esta manera poder desempolvar la perenne vertiente latinoamericanista que tiene nuestra Universidad, como expresó el manifesto de reforma de la escuela de arquitectura en los años 60.

Para esta tarea hoy contamos con la colaboración de 3 grandes historiadores, por ello agradezco la disposición y participación de los profesores Corvalán, Caviere y en especial a quien nos visita desde la Universidad pedagógica experimental libertador de Venezuela, el profesor Rojas, que con sus exposiciones podrán iluminar esta revisión.

Por último, especial mención deseo realizar al permanente interés de nuestros amigos y compañeros de la Embajada de Venezuela, a través de su Embajadora Señora María Lourdes Urbaneja, de poder articular junto a la Federación de estudiantes espacios de discusión político y académico sobre asuntos latinoamericanos y de integración que son de interés mutuo.

sábado, 10 de abril de 2010

Carta abierta - Elecciones de rector PUCV

El jueves 15 de abril, en el Salón de Honor de la Casa Central, se efectuará el acto eleccionario que determinará quien será el rector de nuestra universidad por los próximos cuatros años.

La forma en que se ha llevado a cabo este proceso nos genera diversas reflexiones que deseamos compartir públicamente con ustedes.

En primer lugar, creemos que la elección de rector constituía una instancia y oportunidad para que la comunidad universitaria en su conjunto pudiera discutir sobre el modelo de universidad que se ha impuesto en la última década e identificar los problemas comunes y transversales producidos en razón de su desarrollo, articular respuestas distintas y alternativas a dicho modelo que fuesen representativas de la mayoría de los miembros de nuestra universidad y recuperar definitivamente el diálogo político franco, directo y público sobre el presente y futuro de nuestra universidad y país.

Sin embargo, por distintas causas nada de esto ha sucedido. Creemos que una primera causa radica en la contradictoria y errada decisión de las autoridades universitarias de no aplazar prudentemente el proceso electoral en razón de los efectos producidos por el lamentable terremoto que sufrió nuestro país a fines de febrero.

Es una decisión contradictoria, ya que no se condice con el hecho que la mayoría de las actividades del calendario de la universidad durante estos primeros meses han sufrido acertadamente algún grado de modificación o adecuación y es errada porque ha significado en la práctica que el proceso se haya transformado en un simple asterisco sin mayor relevancia en el calendario de la universidad lo cual ha mermado profundamente el interés y la participación de la comunidad universitaria que hoy se ha puesto a disposición de la reconstrucción del país, particularmente los estudiantes a través de los distintos esfuerzos de voluntariado.

En definitiva, constituye una nueva manifestación de la escasa voluntad de permitir un mayor involucramiento de la comunidad universitaria en el quehacer político de la universidad.

En segundo lugar, lamentamos el hecho que exista sólo una candidatura inscrita en competencia, la del profesor Claudio Elórtegui Raffo, quien fuera 12 años Vicerrector de Administración y Finanzas del actual rector, ya que hace mucho más compleja la posibilidad de aprovechar la elección como un espacio abierto de discusión política sobre el presente y futuro de la universidad. De hecho, a la fecha no ha existido ninguna instancia abierta, pública, inclusiva donde cualquier miembro de la comunidad pueda conocer, interrogar y exigir pronunciamientos al candidato sobre cualquier tema propio del quehacer universitaria. En este orden de cosas, cabe señalar que el hecho que el profesor Elórtegui haya accedido, a solicitud de la Federación de Estudiantes, a participar en un Consejo de Presidentes es un avance, pero aún insuficiente.

Previendo el escenario anterior, la Federación de Estudiantes en conjunto a otros actores de la comunidad universitaria intentamos articular una candidatura alternativa con el objeto de generar genuino debate y contraposición de proyectos y de esa manera hacer de la elección de rector un espacio de participación política. Sin embargo, nuestra iniciativa no encontró eco en el mundo académico.

Lo anterior y el hecho que exista sólo una candidatura en competencia, entendemos se debe a un proceso complejo y profundo que se desenvuelve en el seno del mundo académico de nuestra casa de estudio, cual es la desaparición casi absoluta del diálogo político entre académicos y, consecuentemente la falta de bloques o referentes orgánicos que permitan, por ejemplo, representar el sentir de aquellos profesores que se encuentran en una precarias condiciones laborales por su tipo de contrato y que hoy son la mayoría del universo de profesores de nuestra universidad.

Por tanto, son pocas las expectativas que tenemos de este proceso. Nuevamente la gran mayoría de los que componen esta universidad seremos espectadores de como un grupo de miembros de la comunidad universitaria que no representan más del 2% de ella (400 profesores jerarquizados) decide que es lo mejor para todos y quien, en definitiva, “nos representará”. Este hecho es representativo de un modelo y construcción de universidad que a lo largo de la última década no ha sido colectivo y que ha dejado a la mayoría de los miembros de la comunidad universitaria sin voz ni voto en aquellas decisiones que nos afectan a todos.

Es en razón de todo lo anterior que no podemos quedarnos en silencio, no podemos quedarnos de brazos cruzados, no podemos dejarle a una minoría la conducción de la universidad que es de todos. En definitiva, debemos asumir la responsabilidad que la historia nos exige en este momento e iniciar un nuevo camino profesores, funcionarios y estudiantes que tenga como eje el recuperar el diálogo político franco, sincero y público y, en base aquel, construir colectivamente nuestros proyectos de universidad.

Concretamente, queremos invitarlos a articular durante este primer semestre instancias y espacios comunes de trabajo donde podamos encontrarnos, decir lo que pensamos libremente y crear la universidad que queremos.

Este es el sincero llamado que hace la Federación de Estudiantes a toda la comunidad universitaria.