domingo, 16 de mayo de 2010

Discurso inicio Convención 2010

En primer lugar, sean todos bienvenidos a la Convención de Estudiantes año 2010, cambiar la Universidad depende de ti.

Tanto para quien les habla y como para la mesa ejecutiva de la Federación de Estudiantes constituye un motivo de tremendo orgullo ser parte y organizar, luego de casi tres años, esta nueva versión de la Convención de Estudiantes, la máxima instancia de definición y deliberación política del movimiento estudiantil de nuestra universidad.

Luego de mucho tiempo sin poder generar de manera seria y profunda debates sobre los grandes temas relativos a educación superior y en general educación de nuestra universidad y país, tendremos la oportunidad de hacer una pausa en nuestro cotidiano para concordar y proponer las nuevas demandas y visiones que tendremos los estudiantes de PUCV sobre los temas antes expresados.

Por ello, la Convención de Estudiantes no podía haberse originado en un mejor momento político social que este, ya que existen a nuestro alrededor diversos desafíos tanto a nivel de universidad como a nivel nacional, que deberemos enfrentar y para lo cual debemos estar preparados. En este sentido nos encontramos en una posición única, ya que ninguna otra universidad se encuentra en un proceso de definición como este, donde determinaremos de manera colectiva cuales serán los nuevos derroteros que tendrá el movimiento estudiantil.

En el plano nacional, dentro del quehacer que nos interesa, la llegada de la derecha al Gobierno constituye un nuevo catalizador a la profundización del capital en el conocimiento y a la mercantilización y precarización de la educación superior, proceso que se inició en los años 80 y que la concertación se encargó de administrar y madurar brillantemente por 20 años.

Así, en el contexto de las medidas para ir en ayuda de los estudiantes afectados por el terremoto, hemos sido testigos que en los hechos la derecha ha comenzado silenciosamente la ejecución de su plan de gobierno en materia de educación superior, sin la consulta y el acuerdo de los actores políticos sociales ligados a estos temas, a saber: CONFECH, CRUCH, organizaciones nacionales de trabajadores, estudiantes de universidades privadas, etc.

Sin embargo, debemos ser claros en un punto: el movimiento estudiantil universitario nacional, organizado especialmente a través de la CONFECH, ha sido incapaz de articular respuestas para enfrenar la agenda de la clase política y constituirse, de esa manera, en actor. Es más, ha generado un petitorio o documento centrado en demandas propias de la emergencia que vive nuestro país, que peligrosamente comienza, también en los hechos, ha perfilarse como “la” agenda política”, desplazando los temas de fondo.

Frente a este panorama, a partir de la Convención de Estudiantes, tendremos como desafío determinar claramente nuestras posiciones nacionales sobre los temas más importantes y de fondo de la educación superior como lo son el financiamiento, el acceso, la participación, entre otros, a través de un documento programático PUCV único amplio, integral y radical.

Amplio, porque debe ser capaz de convocar a nuestro esfuerzo, a los distintos actores de la educación superior: a las autoridades universitarias, a los profesores y académicos, a los trabajadores y sus organizaciones locales y nacionales y a los estudiantes y sus organizaciones tanto de universidades tradicionales como de privadas.

Integral, porque las transformaciones que la educación superior chilena exige no sólo deben darse en el plano del sistema universitario, sino que requieren considerar las visiones del mundo de los institutos profesionales y los centros de formación técnica, instituciones que tiene un rol fundamental dentro del país y donde sus matriculados son, en su mayoría, de los quintiles más vulnerables.

Y es radical, ya que las transformaciones que exigen nuestra educación superior y educación general, deben darse desde su raíz, desde su base. Por tanto, debemos pensar en un nuevo modelo de educación alejado del capital, de la mercantilización del conocimiento, de los intereses nefastos del empresariado y de ciertas sectas religiosas y de la elitización del acceso, que deberá ser instalado con la fuerza de las propuestas, pero también con las fuerzas de las grandes mayorías de estudiantes, profesores y trabajadores que debemos responder a las exigencias que nos pone la historia.

Debemos también tener claridad, que la Convención de Estudiantes también se constituye en un espacio que nos permitirá hacernos cargo de los desafíos internos que tiene nuestra Universidad este año 2010.

Hace un par de semanas, se ha iniciado en el seno del Consejo Superior la discusión respecto al nuevo plan de desarrollo estratégico para los próximos años.

El PDE constituye un instrumento por medio del cual la universidad define sus objetivos, prioridades y desafíos, en los distintos ámbitos de su quehacer. Se erige como la “carta de navegación” de toda la comunidad universitaria, en especial de sus autoridades, para enfrentar distintas áreas estratégicas, a saber: docencia, investigación y estudios avanzados, gestión institucional, internacionalización y vinculación con el medio. Su contenido perfila el tipo de universidad que queremos construir en los próximos años.

Por ello, en la Convención deberemos tener también como norte el PDE, generando las propuestas y visiones de la universidad que queremos a futuro en las distintas áreas de su desarrollo estratégico, lo cual nos permitirá constituirnos como actores dentro de su definición y creación, pero no sólo como estudiantes, sino como comunidad universitaria en pleno.

En este sentido, es fundamental que un lineamiento general como este, tan importante para el desarrollo y quehacer de la universidad, sea definido amplia, democrática y colectivamente por una instancia o espacio, creado para estos efectos y que se perfile en el tiempo, que sea representativo de todas las miradas existentes dentro de nuestra casa de estudio.

Una discusión colectiva del PDE por parte de los estudiantes y la comunidad universitaria, marcaría un hito político dentro de la historia de nuestra universidad, cual es lograr un real y efectiva participación de los miembros de la universidad en las decisiones generales o políticas de la misma, que determinan el deber ser de la institución y que afectan a todos.

Y desde otra perspectiva, la discusión del PDE plantea un reto para aquellos que hoy toman las decisiones dentro de la universidad, en orden a atreverse a confiar en aquellos que cotidianamente la construyen, a abrir espacios reales de participación a aquellos que hemos estado excluidos y a tener una visión de futuro sobre si queremos que la construcción de esta universidad sea hecha colectivamente o bien realizada, en mayor medida, por una elite ideológica que poco a poco comienza a perfilar peligrosamente dentro de algunos círculos de poder de la universidad.


En definitiva, esta convención, quizás como ninguna otra, se cruza con grandes y difíciles desafíos para nuestro movimiento estudiantil, tanto a nivel interno como externo.

Hemos visto, a nivel externo, perfilarnos como un actor dentro del concierto nacional y regional de la educación superior, con capacidad de generar una visión alternativa a las hegemónicas originadas por la clase política y las formas tradicionales de hacer política, con fuerza para convocar a distintos actores sociales a un esfuerzo colectivo integral y con la firme convicción de que no somos sino nosotros, el mundo social de la educación, los llamados a iniciar los procesos, para que de una vez por todas, comencemos a avanzar en las transformaciones que nuestra educación superior, educación en general y sociedad exigen.

Y a nivel interno, incidir en las definiciones del próximo PDE a partir de las propuestas que de esta Convención podamos generar, por medio de grados de participación real en los procesos de toma de decisión, incluyendo naturalmente, a la comunidad universitaria en su conjunto.

PALABRAS FINALES

Compañeros y compañeras.

Ustedes representan, sin lugar a duda, las distintas visiones, miradas, pareceres y anhelos que existen en cada una de sus carreras. Hoy hablarán, por aquellos que no estarán acá, por tanto tienen una gran responsabilidad sobre sus hombros.

Ustedes son el activo político del movimiento estudiantil de nuestra universidad, sobre ustedes recae y recaerá una gran responsabilidad: el ser la punta de lanza de los procesos políticos que viviremos a partir y luego de la Convención de Estudiantes.

Muchos de ustedes vivirán su primera convención, aprovéchenla, ya que a través de esta tendrán un acercamiento profundo a los temas de fondo. Aprendan y absorban todo lo que aquí se discutirá, ya que terminado este espacio serán portadores de las definiciones que aquí se adopten y voceros de las mismas en sus respectivas asambleas.

Aquí y ahora les digo, luego de esta necesaria revisión de los lineamientos generales de nuestro actuar como estudiantes, las reflexiones, las discusiones se habrán acabado. Habremos logrado fijar una vez más, nuestros derroteros y visiones.

Por ello, nadie más podrá excusarse en que no hemos discutidos tal o cual tema, nadie más podrá inhibirse de los procesos movilizadores que deberemos liderar, nadie más deberá restarse de la titánica tarea de comenzar a generar las transformaciones que nuestra educación y porqué no decirlo claramente, y país, exigen.

La historia hoy nos pone a prueba, con grandes y complejos desafíos, y no podemos fallar, los estudiantes de la PUCV no debemos fallar en la tarea de construir una educación al servicio de Chile y un país al servicio de su pueblo.

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